"El invierno de 1897 fue terrible. Sequía, mala cosecha, bajísimos precios de productos agropecuarios, inestabilidad de la moneda, inmigración artificial , mala política y peores finanzas, habían conducido al país al borde de un precipicio... Desocupación forzosa, bajos salarios, carestía de la vida, miseria, hambre y frío hacían intolerable la vida del pueblo.
Fue una tarde de domingo típicamente invernal, destemplada y gris...Harapientos y famélicos, miradas torvas de rebeldes instintivos o atiborrados de ¨Conquista del pan¨de Kropotkin, rostros iluminados por el hambre y la idea, resignadas bestias de carga, salidas del bajo fondo social, se dieron cita aquella tarde, en aquel local, para protestar ¨contra la actual organización social¨.
Los discursos terminaron...La muchedumbre enardecida salió en tropel a la calle. Alguien lanzó un grito ¨¡A la Prensa!¨ (Este diario publicó un suelto, el mismo día del mitín, diciendo que en Argentina no trabajaban solamente los que no querían trabajar)... Por Florida, retornaba del bosque de Palermo, el corso de los privilegiados de la fortuna y la belleza. Espléndidas carrozasarrastradas por briosos troncos desfilaban lentamente por la clásica arteria del lujo y la elegancia... de pronto, como un torrente, irrumpió por Florida la muchedumbre harapienta y famélica de los sin pan y sin trabajo... El choque fue brutal. "
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